miércoles, 29 de septiembre de 2010

JUGUETE&INGENIO

Un proceso de imaginación, un camino hacia el entrenamiento como niños que son, y quieren jugar, dentro del orfanato mientras se fabrican sus propios juguetes ellos no piensan nada mas que en eso.
Hay que decir que los que nos quedamos atónitos somos nosotros cuando vemos estas imágenes, cuando venimos de un país en el que la PlayStation primera, es como el homo sapiens de las consolas, con eso lo digo todo.
No salimos de una sociedad consumista, eso lo sabemos todo el mundo, que bueno que inconscientemente todos los somos queramos o no reconocerlo, pero queda dicho, porque al no tener nada, el ver como reciclan para hacer un juguete; algo que quieren, y ellos mismos lo fabrican.
Al ver estas imágenes nuestros padres y abuelos seguro que hacen un viaje hacia su infancia, nos lo cuentan, pero lo vemos tan lejano como si no existiera, pero si existe, lo podemos  corroborar. Claro que si en España hay niños que fabrican y  echan la imaginación a volar, yo de hecho he jugado con cajas de zapatos y he hecho garajes por ejemplo, pero yo tenía juguetes, y fabricar era algo esporádico, para ellos lo esporádico es conseguir algún material, porque están deseando de fabricarse juguetes.
Paso a describiros la escena; este chico cogió una chancla rota y la utilizó para hacer las ruedas de un futuro coche, el proceso se inicia en el que con una piedra marcaba los círculos y a continuación sacarlos de la goma como vemos en la imagen.

                            





Bueno ahí tenemos el resultado, la carrocería es una caja de medicamentos, seguido de un hilo de saco.
                                                                                                   

También entre otros juegos los niños y niñas juegan en el orfanato  con un aro o tapadera de algún cubo y lo empujan con un alambre intentando que no se caiga, es pura habilidad ¡eh!, porque no he conseguido aun mantenerlo firme corriendo como ellos lo hacen esto es un juego de antaño muchos los recordarán de nuestros padres y abuelos cuando suelen contárnoslo.

No quiero, ni es mi intención que esto sea una crítica, lo único que intento es que todos veamos por nuestros propios ojos la realidad, en otro lugar sí, pero es una realidad verdadera, otra paralela que está ahí y casi no la vemos o no queremos verla a veces, en la que nosotros somos privilegiados al nacer donde hemos nacido, aunque por imágenes es difícil, para valorar ahí que estar insitu, pero me gusta compartirlo con todos vosotros/as.
Quiero decir una cosa, el otro día hablando con una profesora de cuando hice Integración Social, me decía que cuando vuelva lo veré todo como cierta burguesía, hoy tengo que contestarle y estoy seguro de que es cierto, un año es de momento mi estancia planeada, y llevo tres meses y medio casi, y viajo a España mentalmente y me hacen ver las cosas desde otra perspectiva.
Personalmente valoro más las cosas, valoro más la vida.
Mi dieta aquí para seguir adelante, abrazos de los niños, el cariño que derrochan, y ellos esperan que sea reciproco, claro es lógico, nos ponemos a pensar vienen de la calle, niños/as abandonados/as, algunos han tenido que robar para vivir, niñas que han perdido parte de su infancia debido a la prostitución.
Haced una reflexión con todo lo que estos niños han pasado y que he contado en otras entradas del blog, y son ellos/as los que desprenden cariño, por eso digo siempre que aprendo más, que enseño, lecciones de vida todos los días, no me canso de repetirlo.
Quiero invitaros a leer y pensar sobre esta pequeña cita que hace Muhammad Yunus.
La pobreza no debe tener cabida en una sociedad civilizada. El lugar que le corresponde son los museos. Y allí es donde acabará. Cuando los escolares visiten con sus escuelas los museos de la pobreza, se horrorizarán al contemplar el sufrimiento y la humillación que padecían los seres humanos. Culparán a sus antepasados de haber tolerado aquella situación inhumana y de haber permitido que se prolongase en un sector tan amplio de la población hasta el primer tramo del siglo XXI”.





                                                                     





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