lunes, 16 de agosto de 2010

Pasaporte para una nueva vida

Un tormentoso día se nos ha presentado hoy, como tantos de lo que nos esperan, ya que estamos en pleno temporal de lluvia. Hoy regreso a casa con muchas reflexiones;

La imagen del dia, las calles inundadas y los coches circulan llegándoles medio metro de agua de altura, mientras mis compañeros comentaban el día, yo escuchaba música y leía “Sonrisas de Bombay” uno de los libros que tenía pendiente, y lo estoy leyendo aquí en Nigeria.

Jaume Sanllorente, autor del libro, cuenta sus vivencias, su recorrido hasta llegar a lo que quiso, fundar un orfanato en la India, país similar a Nigeria, por lo que describe en el libro, no hablo precisamente de lo superficial, si no de aquellas cosas que las informaciones turísticas suelen esconder, el interior de un país, donde existe un mar de carencias, pero los más vulnerables los niños y niñas son quienes pagan esa gran deuda, consecuencias en algunos casos irremediables.

Personas como Jaume, existen, pocas pero las hay, y hago un ruego a la sociedad, que dejen de llamar a eso locura, ¿qué es locura para vosotros? ¿El arriesgarse para ayudar a los demás, quizás?, porque es la locura más bonita que se puede hacer, es mejor que haya cuatro locos de estos de momento que ya habrá más, por algo se empieza.

Jaume arriesgó, lo dejó todo por irse a la India, para abrir un orfanato en Bombay, en el que tiene a 200 niños aproximadamente acogidos en un orfanato y a más de 2000 niños escolarizados en un colegio.

Pero, como también digo hay más personas, uno de ellos, Williams, --¿quién es?,--el responsable del orfanato DESTINY´S CHILD donde trabajo, un chico que sufrió las consecuencias de las que hablé antes, la vida lo castigó de tal manera que con algo de suerte fue acogido en un orfanato, tenía esa espina clavada y lo hace pues de la mejor manera para sacársela.

Y bueno, hoy la he descubierto, de la manera más directa, es una historia triste y dura de describir; mi emoción ahora en estos momentos vuelve a manifestarse y no es para menos.

La semana pasada unos compañeros decidieron quedarse en el orfanato por la tarde, cosa que vamos hacer alternándonos más veces a partir de ahora.

A continuación de estar la tarde en el centro salieron a dar unas vueltas por las calles más arrinconadas de Calabar, de las que os hablé en “fotogramas de la otra realidad”.

Niñas; cuantos años pueden tener, ocho o nueve años quizás, viviendo en un metro cuadrado-- me contaba un compañero, de los que vieron esas escenas--, niñas prostitutas con los proxenetas, que imagen más violenta para los seres humanos, porque los que se aprovechan de esas niñas no tienen nombre y no creo que sean considerados como ser humano.

Mis compañeros acompañados de Williams, se paseaban por las calles estas, en las que las niñas dormían en un metro cuadrado reitero y en condiciones infrahumanas, empezaron a hablar con los proxenetas y se justificaban todo el momento diciéndoles que así las tenían acogidas y podían comer y no estarían abandonadas, al mismo tiempo que mis compañeros me narraban yo no daba crédito, mi ánimo decaía y a la misma vez cogía más fuerza, un pensamiento me inundaba por hacer algo por esas niñas, por lo poco que fuera…pero quiero.


 
El día de hoy es muy especial, llegué al orfanato junto a mis compañeros, y una sorpresa llenaba de ilusión a mi persona, el ver cinco caras nuevas, Williams ha podido acoger a cinco niñas de las que vieron en aquel antro, hoy de verdad mi emoción es enorme, ya os comenté que aquí los niños vienen de historias similares, pero cuando llegamos al orfanato, esos niños ya estaban, pero esta historia la he vivido muy de cerca, el cómo acogen…pues me ha dado tanta fuerza estas niñas, que como anteriormente dije-- nos iremos quedando en el centro, por las tardes algunos días, ahora más que nunca, y me prometo a mi mismo el salir pronto, con Williams y mis compañeros de nuevo, para intentar acoger a más niñas, y formarlas con un futuro no que el que les depara con esos…os dejo el calificativo a vuestro pensamiento.

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